Cualquier acción con el uso de la fuerza física y de forma intencional, dejando o no marcas evidentes es considerado violencia física.
Palabras pequeñas, pero poseedoras de un significado muy horroroso, que provocan enormes daños a una persona. Ahora, imagina cuando esta es practicada contra niños de nuestra sociedad.
¡Qué lástima! Sin embargo, es lo que ocurre, y la indignación es mayor aun cuando sabemos que los agresores son los propios padres, responsables, familiares o personas cercanas de estos niños, que podrían ser vistas como sus defensores, acaban convirtiéndose en el principal practicante de este acto, contribuyendo aún más para el aumento de los índices de violencia.
De acordó con Elisabeth Batinder “La violencia física contra los niños es siempre una cobardía” incluso los famosos golpes que es vista por ella como “una forma de reconocimiento de la inseguridad, de la debilidad y de la incompetencia de los padres para educar sus hijos, necesitando usar la fuerza física”.
Además, violencia es violencia, y debe ser detenido, cuanto antes mejor. Entonces, ¿Para qué practicarla?
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