segunda-feira, 29 de novembro de 2010

La violencia contra los niños (Negligencia)







Negligencia

Entre los más diversos tipos de violencia contra los niños, encontramos lo que llamamos de negligencia. Este tipo de violencia se caracteriza por la omisión de los padres o responsables por los niños, sociedad o del gobierno cuando dejan de proporcionar a los niños necesidades básicas (cuidados médicos, educación, cariño, afecto, atención) para el desarrollo físico, social y emocional del niño.

Así como todos los tipos de violencia contra los niños, la negligencia no ocurre solamente en las familias más pobres. Los casos en estas familias son comunes por la dificultad de acceso a la información y, también, por la dificultad financiera que no les permite proporcionar todo lo que es necesario a sus hijos.

En este caso, la negligencia no es cometida por los padres, sino por el gobierno que no ofrece a la sociedad lo mínimo para tener lo mínimo de educación, información y salud. El gobierno también puede ser considerado negligente a partir del momento que no ofrece a la sociedad el acceso a la planificación familiar y a los métodos anticonceptivos. Proporcionar este tipo de información sería una buena manera de, por lo menos, disminuir las estadísticas de casos de violencia por negligencia.

La ausencia de planificación familiar puede llevar a un embarazo no deseado y, el niño puede no se recibido con amor, ocurriendo, de esta manera, el tipo de negligencia que, para mí, es más triste, que es cuando el niño crece oyendo de sus padres que no debía tener nacido, o que es burro, perezoso y que no sirve para nada.

El niño delante de la omisión de sus padres de lo que para él es lo más importante delante de todas las dificultades, que es el cariño, la atención, el amor, se convierte en alguien sin autoestima, sin perspectiva de vida y, muchas veces, cerrado para las otras personas y para el mundo.

De toda manera, los malos tratos contra los niños e un abuso de poder del más fuerte contra el más débil. La violencia se confirma como una forma de reconocimiento de la inseguridad, de la debilidad, de la incompetencia de los padres para educar sus hijos, necesitando usar la fuerza física.

“Educar los hijos es establecer límites, con seguridad y autoridad, pero con cariño y afecto”.

Por Doralice Ferreira

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